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Ahora ya tengo más dudas

Hola que tal todos. Espero que están a punto de pasarse una Navidad a toda ma..  o estén a punto de hacerlo. Con respecto al orden de los libros, creo que ya estaba establecido conforme al programa de Rubén. Además me parece un orden adecuado, salvo mejor opinón, por supuesto. Ahora pues lo importante sería definir si empezamos con el primero de lista para ir avanzando en el estudio. Y bueno, si no tienen incoveniente me gustaria tratar a Lessig.

Pues bueno, en espera del consenco, un saludo.

Héctor.

sobre el orden de los libros y su elección

Como hablamos el viernes, el orden de los libros depende un poco de la orientación del seminario, que si bien entiendo, se pretende enfocar  a la cultura libre, sin  embargo, la mayoria de los libros hablan sobre el software libre y sus " problemáticas". Si vamos de lo general a lo particular podríamos empezar a bordar el tema de la cultura libre. Pero en el libro de Lessig me encontre con que retoma sus ideas de Stallman, asi que volvemos al tema del software libre.  Me rindo¡¡ Por mas que revise los índices y las introducciones cómo no se bien de que van, pues no acabo de encontrarle mucho orden, pero podríamos empezar por el software libre y como se aborda desde diferentes perspectivas, para ver como a partir de éste se habla de una cultura libre y como todo esto se cristaliza en agentes sociales concretos como son los hackers. Mi última duda sobre el orden es si empezar directamente con la parte dura sobre el software libre, es decir con Stallman, o mejor a manera de introducción empezar por  el de  Matellán?? En fin, como toda propuesta esta abierta a debate y modificación.

1ª sesión:

Matellán Olivera, V. et al. (2004): Sobre Software Libre. Madrid, Dykinson

2ª sesión:

Stallman, R.M. (2005): Software libre para una sociedad libre. Madrid, Traficantes de Sueños

3ª sesión:

Bravo,D. (2005): Copia este libro. Málaga, Dmem

Soy Juan, Olvidad lo que he dicho ahí abajo. No sabia que se lo pidió Hector. Si me dejais preparo yo este de Bravo 

4ª sesión:

Lessig, L. (2005): Por una cultura libre. Madrid, Traficantes de Sueños

que tal tod@s ? Soy Juan. 

Supongo que estareis por ahí "gozandolo" con la familia y los amigos. Eso está bién. He aprovechado un poco para echar un ojo a esto del blog y a los textos. El que más me gusta es este de lessig, aunque también me ha gustado el anterior de Bravo . Si no teneis problemas me quedo con éste, pero todo es hablarlo.

Un abrazo  .Nos vemos el 20 

5ª sesión:

Himanen, P. (2001): La ética del hacker y el espíritu de la era de la información. Barcelona, Destino

Sobre la elección ya le habia comentado que me gustaria " responsabilizarme" del de Himanen y la ética hacker. Si alguien también esta interesad@ pues lo hablamos.

Un saludo y feliz navidad.

Loreto

Se re-inaugura el curso/blog... etc.

Pues lo dicho, queda re-inaugurado el curso de doctorado y los "satélites", por ejemplo éste, que lo conforman. Utilizad esta bitácora libremente y espero y deseo que tengamos una buena "conversación" :)

Termino. Recordad que tenéis que elegir el libro (así como "responsabilizaros" de cada uno de ellos) con el cual inauguramos el curso el próximo día 20 de enero de 2006 (vuelvo a indicar la dirección del programa del curso).

ciao!

ruben

ps.- documento-enlace del "día" :) Qué es la Web 2.0 por Tim O’Reilly.

[actualizo: 17/12/2005]: sobre el "concepto de la temporada" (Web 2.0) no perderse el interesante artículo de José Luis de Vicente, Inteligencia Colectiva en la web 2.0. Y ya puestos, los que quieran ver un punto de vista "diferente" sobre tal "concepto" (casi el mío ;) pueden leerse estos interesantes comentarios en /.

Recados Varios (de Edgar)

César: Ya sé a dónde te puedes ir a hacer una estancia, mira este asunto. Sigue pendiente el mexicano

Rafa: Tío, ¿a ver si un día de estos nos vemos aunque sea para despedirnos no?

Dani: Macho, ¿pudiste salvar mi ipod y llenarlo de buena y abundante música?

Rubén: Bueno, gracias por todo, este Tinglao, con sus pros y contras fue una verdadera delicia para entrar en calor para lo que venga (que esperemos venga).

Javier: Joder, extrañaremos a Rafa y sus llamadas dobles y lo creas o no, me diste muchas ideas y abriste caminos metodológicos para una percepción distinta de esto que se dice llamar ciencia, gracias y espero que al menos unas cañas nos tomemos un día de estos (con música de bacalao o sin ella).

Un abrazo a los demás.
Edgar

ATENZIONE!!! ATENZIONE!!!

Simplemente decir que este tinglado se ha acabado y que a partir de aquí nuestros encuentros ya no estarán "mediados" por la "cosa" académica sino por razones de otro tipo :) que esperamos sean más placenteras que los encuentros anteriores. También comentar que este espacio sigue abierto y lo podéis emplear de la misma forma que hasta ahora lo hemos estado haciendo.

En fin, la experiencia ha sido muy interesante, ya sabéis donde encontrarnos y seguimos en contacto.

ciao!

rubén

ps.- MUY IMPORTANTE, Rafa, Dani e Iván tenéis que poneros en contacto conmigo lo antes posible, plis!!!

"MANIFIESTO A FAVOR DE LA CIBERCIUDADANÍA".

"MANIFIESTO A FAVOR DE LA CIBERCIUDADANÍA".

El acceso a la cultura, la información y el conocimiento es un derecho universal y como tal debe ser protegido y estimulado por todos los Estados del Mundo. Este derecho básico no puede ser ni ignorado ni restringido ni monopolizado por ninguna entidad política, social, religiosa, o comercial, por lo que su expresión fáctica no puede quedar supeditada a las leyes del mercado ni a los intereses políticos o comerciales de los grupos dominantes.

Y porque el ciberespacio no es una parcela ajena a la realidad sociopolítica que vivimos, desde f i a p os animamos a que leáis y suscribáis este manifiesto haciendo clic aquí. Muchas gracias. Salu2 // rafa

ULTIMA SESION DOCTORADO 27-05-05

Este viernes celebraremos la última sesión de doctorado (será conjunta). Así pues, portaos bien y haced el favor de acudir! A la hora de siempre, más o menos. Asunto fundamental: la evaluación del curso.

ciao!

rubén

"La importancia de la Sociedad de la Información en la toma de decisiones

"La importancia de la Sociedad de la Información en la toma de decisiones

Colegas, para quien le pueda interesar, el día 10 participaré en estas JORNADAS. También os envío el enlace a otras en Valencia en las que participé hace poco para hablar de "Cómo gestionar el conocimiento en las grandes organizaciones". Pronto publicarán todas las ponencias. Salu2 // rafa

Oracle y la Universidad Pontificia Comillas le invitan a las II Jornadas sobre la Sociedad de la Información en el Siglo XXI, que tendrán lugar el 9 y 10 de Junio en Madrid. En la presente edición le ofrecemos la oportunidad de conocer las claves del desarrollo de la Sociedad de la Información, y la importancia de las tecnologías de la información en la toma de decisiones y en el éxito de las organizaciones.

Las soluciones actuales de Business Intelligence, Cuadro de Mando y Balanced Scorecard, facilitan la creación de un lugar único de información para acceder, almacenar y disponer de los datos de todas las áreas de las organizaciones. Desde la información financiera a la comercial, de empleados a clientes y proveedores. Los directivos tienen una visión de 360º de la situación de cada cliente y de las relaciones de negocio que implican tanto a empleados como a proveedores, para responder adecuadamente en cada caso.

¡¡LOS PIRATAS SE VAN A TENERIFE!!

César

Bueno, chicos, parece que ha colado. Me temo que han admitido mi ponencia para el congreso de Tenerife en el mes de septiembre. Así que si alguien se anima, le invito a subirse al Teide conmigo. Por si tenéis interés en las demás cositas de las que se va a hablar, os dejo el enlace, que es www.ibercanarias.org

Un saludito hasta el viernes

LOS PIRATAS SON ELLOS

César

Después de un largo periodo de incubación y jaleos laborales vuelvo a daros la lata con mi espeso zumo de (escasas) neuronas. Esto es el borrador de lo que me gustaría poner como excusa para conocer Tenerife en Septiembre. Además, y para sacarle eso que Javier llama "rentabilidad académica", espero que Rubén lo acepte como el famoso "trabajito cubre-expediente" del curso de doctorado. Y para matar tres pájaros de un tiro, se lo ofrezco a Rafa (si le gusta) para su revista. ¿Habéis visto que provecho le saco a un textito que escribo?

Se aceptan todo tipo de críticas, sugerencias y bromas erótico-festivas sobre el asunto. Si la crítica es buena y cañera,a las cañas invito yo.

Ya me contaréis

Los piratas son ellos: la construcción social de la diferencia entre el software libre y el software propietario

César Prestel
El uso de la palabra “hacker” para definir al “que rompe sistemas de seguridad” es una confusión promovida por los medios de comunicación. Nosotros, los hackers, nos negamos a reconocer esta acepción y seguimos utilizando este término para describir a “alguien que ama la programación y disfruta explorando nuevas posibilidades”.

Richard Stallman: El proyecto GNU, en Stallman (2004)

La novedad de la posición cristiana consistía en su supuesto de que hay en el hombre una naturaleza dual y de la existencia de un control dual sobre la vida humana correspondiente al doble destino de aquél. (…) Es difícil imaginar que la libertad hubiera podido desempeñar el papel que llegó a tener en el pensamiento político europeo, si no se hubiese concebido que las instituciones éticas y religiosas eran independientes del estado y de la coacción jurídica, y superiores en importancia a ellos.

George H. Sabine: Historia de la teoría política

Introducción. Los hackers se confiesan
Esos entusiastas informáticos, apasionados de la programación, que se autodenominan “hackers” forman una comunidad que resulta, en muchos sentidos, original y sorprendente. Para empezar, no resulta fácil encontrar una denominación satisfactoria para referirse a este colectivo. Como veremos, hay quienes se refieren a los programas que elaboran como “open source” (o de código abierto), mientras que otros prefieren denominarlos “free software” (software libre). Esta última denominación resulta, sin embargo, algo confusa en lengua inglesa, puesto que “free” significa al mismo tiempo “libre” y “gratuito”. Por este motivo, los defensores de la denominación “software libre” insisten en que los programas que elaboran no tienen necesariamente que ser gratuitos, puesto que el sentido fundamental del término “free” hace referencia a la libertad.
Con el fin de superar las dificultades a las que conduce la coexistencia de estas dos formas de referirse a la comunidad “hacker”, últimamente se ha propuesto una denominación alternativa, que recoge ambas dimensiones del fenómeno. Se habla, así, de la comunidad “FLOSS” (“Free Libre Open Source Software”). Con esta terminología quedan englobadas las dos orientaciones a las que nos hemos referido, y además se introduce la palabra “Libre” en español, para que quede clara la dimensión en que se emplea el término inglés “free”.
Para quienes sentimos curiosidad e interés por la dinámica interna y por los planteamientos de la comunidad FLOSS, parecen especialmente atractivas las reflexiones en las que los propios protagonistas del movimiento explican qué es lo que hacen y por qué lo hacen así. En estos artículos, figuras muy destacadas de la comunidad FLOSS (como Richard Stallman o Eric Raymond, por ejemplo), describen con un lenguaje claro y atractivo los principios fundamentales del movimiento, e incluso realizan interesantes análisis de tipo filosófico, antropológico y sociológico sobre esta comunidad.
Un elemento particularmente llamativo y común a todos estos escritos es la detallada caracterización que en ellos se hace del software libre. Con el fin de distinguirlo netamente del software propietario, los miembros de la comunidad FLOSS recurren a toda una serie de categorizaciones, metáforas, ejemplificaciones, analogías y clasificaciones dicotómicas que pretenden dejar bien claras las diferencias entre el mundo FLOSS y el de quienes elaboran software propietario. Para mostrar claramente las características antagónicas de ambos tipos de software, se construye un discurso analítico y taxonómico con profundas implicaciones, de las que los propios autores parecen ser plenamente conscientes, y que ellos mismos presentan como una descripción objetiva de la situación.
Conviene, sin embargo, aclarar que dentro de la comunidad FLOSS también existen disputas y desacuerdos. Todos los miembros de la comunidad comparten el código de sus programas y cooperan entre sí, pero no siempre están de acuerdo sobre los fundamentos últimos de su trabajo en común.
Quienes se refieren al software que elabora la comunidad como “programas de código abierto” (tal y como hace la Open Source Initiative) afirman que lo esencial es el acceso al código fuente. Quienes prefieren hablar del “movimiento del software libre” (como Richard Stallman y la Free Software Foundation) reconocen la importancia de acceder al código fuente, pero consideran que lo fundamental es conseguir que los usuarios disfruten de libertad para usar, copiar, modificar y redistribuir los programas que usan. Aunque ambos planteamientos parecen muy similares, sus diferencias son en realidad profundas. Como Stallman claramente explica: “La diferencia fundamental entre los dos movimientos está en sus valores, en su visión del mundo. Para el movimiento Open Source, la cuestión de si el software debe ser de fuente abierta es una cuestión práctica, no ética. Como lo expresó alguien, el Open Source es un método de desarrollo; el software libre es un movimiento social. Para el movimiento Open Source, el software no libre es una solución ineficiente. Para el movimiento de software libre, el software no libre es un problema social y el software libre es la solución”.
Software libre frente a software propietario: la interpretación de la comunidad FLOSS
Cuando los miembros del mundo FLOSS analizan el desarrollo histórico de su comunidad y comparan el software libre que ellos elaboran con el software propietario que domina el mercado, se aprecia la utilización sistemática y consistente (aunque en ocasiones sólo implícita) de una categorización antagónica, en la que las características de ambos tipos de programas son establecidas dicotómicamente. Presentamos aquí en forma de tabla algunos elementos claramente reconocibles en este discurso, con los que los miembros de la comunidad FLOSS caracterizan al software libre para distinguirlo del software propietario:
Software libre Software propietario
1.- ¿COMPROMISO O NEGOCIO?
Convicciones éticas Racionalidad instrumental
Compartir Reservar, apropiarse
Copyleft Copyright
Compromiso con la comunidad Interés económico
2.- ¿COMUNIDAD O INDIVIDUO?
Importa la comunidad Importa el autor (empresa)
Libertad del usuario Ausencia de libertad
Cooperación (economía del don) Competencia (economía de mercado)
3.- ¿ESPONTÁNEO O DIRIGIDO?
Autoorganización Coordinación externa centralizada
Espontaneidad Dirigismo y control
Modelo bazar Modelo catedral
4.- ¿ABIERTO O CERRADO?
Transparente Opaco
Abierto Cerrado
Público Privado, secreto
Pluralismo Monopolio
5.- ¿SERVICIO O PRODUCTO?
El software es un servicio El software es un producto
6.- ¿SABER O TÉCNICA?
El software es conocimiento El software es una herramienta
7.- ¿PLACER O SERVIDUMBRE?
Crear software es entregarse a una pasión; es una tarea agradable y satisfactoria en sí misma que se hace fundamentalmente por placer Crear software es trabajar; es una tarea dura y exigente que requiere una alta remuneración a cambio del esfuerzo y el estudio que precisa

Merece la pena emprender un estudio detenido de esta tabla, ejemplificando sus diversas oposiciones con textos de los propios autores, y analizando sus repercusiones en el ámbito del discurso. Parece especialmente interesante resaltar la dimensión sociológica de estos planteamientos, generalmente compartidos por la comunidad. En efecto, el modo en que los miembros de la comunidad FLOSS describen el software libre como antagónico del software propietario puede interpretarse (en lo discursivo, pero también en lo expresivo y performativo) como una definición socialmente construida de ese ámbito de libertad por el que afirman estar luchando.
Primera distinción: compromiso o negocio
En primer lugar, la comunidad que desarrolla el software libre declara abiertamente que sus valores esenciales son el compromiso, la ética, la cooperación y el interés por compartir la información. El principal defensor de este punto de vista es, sin lugar a dudas, Richard Stallman. En sus propias palabras: “Mi trabajo con el software libre está motivado por un objetivo idealista: difundir la libertad y la cooperación. Quiero promover la difusión del software libre, sustituyendo al software propietario que prohíbe la cooperación, para de este modo mejorar nuestra sociedad” . Se afirma que, en contraste, para el software propietario lo importante es el interés económico, la racionalidad instrumental y el éxito comercial. Por eso quienes hacen software propietario pretenden reservarse todos los derechos sobre sus creaciones, y llaman “piratas” a quienes copian, modifican o redistribuyen los programas vendidos bajo licencias restrictivas. Stallman plantea esta cuestión en términos éticos: compartir información es bueno, y prohibir las copias reservándose los derechos es algo totalmente inaceptable. En sus propios términos: “Considero que la regla de oro requiere que si a mi me gusta un programa, lo debo compartir con otra gente que le guste. Los vendedores de software quieren dividir a los usuarios y seducirlos, haciendo que cada usuario acuerde no compartir su software con otros. Yo rehúso romper mi solidaridad con otros usuarios de esta manera” El discurso de las empresas que producen software propietario (incluyendo su definición de la “piratería” y su combate legal contra las copias no autorizadas) está basado en su deseo de hacer dinero a costa de los derechos y las libertades del público, que en realidad sale perjudicado por esta maniobra. De nuevo en palabras de Stallman: “En la práctica, el objetivo de maximizar la producción sin que importe su coste en términos de libertad se sustenta en la extendida retórica que asegura que la copia pública es ilegal, ilegítima, injusta e intrínsecamente errónea. Por ejemplo, los editores llaman “piratas” a la gente que copia, término difamatorio pensado para equiparar el intercambio de información con tu vecina con el abordaje a un barco” .
El mismo Stallman describe muy bien cómo en los primeros tiempos de la informática, compartir el software era algo habitual. El concepto de “piratería” apareció mucho después, cuando algunas compañías e instituciones decidieron cerrar el código y prohibir las copias sin autorización. “Todo ello significaba que antes de poder utilizar un ordenador tenías que prometer no ayudar a tu vecino. Quedaban así prohibidas las comunidades cooperativas. Los titulares de software propietario establecieron la siguiente norma: Si compartes con tu vecino, te conviertes en un pirata. Si quieres hacer algún cambio, tendrás que rogárnoslo”.
Los programadores que escriben software propietario pretenden controlar el uso de sus creaciones, para lo cual insisten en que son dueños del software que elaboran, y en que éste es una propiedad intelectual con su correspondiente derecho al copyright. En ocasiones, lo que se toma como término de comparación es un proceso técnico, una herramienta o un invento, por lo que también se reclaman patentes de software. Los autores de software libre, en cambio, rechazan este planteamiento, y comparan el software con el conocimiento, por lo que defienden la necesidad de divulgarlo y compartirlo mediante el copyleft. “La idea fundamental del copyleft es que se autoriza la ejecución del programa, su copia, modificación y distribución de versiones modificadas, siempre que no se añada ninguna clase de restricción a posteriori.” Frente al copyright (“all rights reserved”), la comunidad FLOSS defiende el copyleft (“all rights reversed”) para enfatizar la importancia que tiene para ellos compartir las fuentes del código y distribuirlas abiertamente. El sentido comunitario y la importancia de compartir el código forman parte esencial del atractivo asociado al mundo del software libre. “El poder de Linux tiene tanto que ver con la comunidad cooperativa como con el código en sí mismo. Si alguien intentase crear y distribuir una versión propietaria de Linux, su atractivo, que es esencialmente el modelo de desarrollo de código abierto, se perdería para esa versión propietaria.”
Este discurso, además, esta cargado de sentido ético y filosófico. “¿Qué es lo que la sociedad necesita? Necesita información que esté verdaderamente a disposición de sus ciudadanos – por ejemplo, programas que la gente pueda leer, arreglar, adaptar y mejorar, no solamente ejecutar. Pero lo que los propietarios de software ofrecen de forma característica es una caja negra que no podemos ni estudiar ni modificar. La sociedad también necesita libertad. Cuando un programa tiene un propietario, los usuarios pierden la libertad de controlar una parte de sus propias vidas. Y sobre todo una sociedad necesita incentivar el espíritu de cooperación entre sus ciudadanos. Cuando los propietarios de software nos dicen que ayudar a nuestro vecino de una manera natural es “piratería”, están contaminando el espíritu cívico de nuestra sociedad”. Frente a esta postura, la comunidad FLOSS reacciona con un modelo ético alternativo: “Si no queremos vivir en una jungla, debemos cambiar nuestras formas de comportarnos. Debemos empezar enviando el mensaje de que un buen ciudadano es aquel que colabora cuando es apropiado, no aquel que logra éxito cuando roba a los demás” Los piratas de verdad son más bien los que impiden el libre flujo de información y los que anteponen el interés económico al compromiso con la comunidad.
Segunda distinción: comunidad o individuo
En segundo lugar, la comunidad FLOSS insiste en que el centro de interés para el mundo del software libre es la comunidad, y en que el objetivo esencial de sus contribuciones es garantizar la libertad del usuario (o, con más propiedad, las cuatro libertades: libertad para usar un programa, para copiarlo y redistribuirlo, para estudiarlo y modificarlo, y para distribuir las copias de los cambios realizados). Por el contrario, sostienen que lo relevante para el mundo del software propietario es el autor (o la compañía comercial que posee los derechos sobre el programa), y que la preocupación central para ellos es el éxito comercial y la funcionalidad del programa. Las compañías comerciales que venden software propietario operan en una economía de mercado con ánimo de lucro, donde se busca el beneficio económico. El mundo FLOSS, sin embargo, constituye una comunidad colaborativa que comparte libremente sus creaciones y las evalúa mediante la revisión entre pares, en un modelo de “economía de los dones”, donde la recompensa es el reconocimiento por el trabajo realizado y la reputación alcanzada entre los demás miembros de la comunidad. Tal y como lo plantea Eric Raymond: “Las culturas de los dones son adaptaciones no a la escasez, sino a la abundancia (…) La abundancia hace que las relaciones de dominio resulten difíciles de mantener, y que las relaciones de intercambio prácticamente carezcan de sentido. En las culturas de los dones, el estatus social está determinado no por lo que controlas, sino por lo que entregas. (…) Así examinada, está bastante claro que la sociedad de los hackers de código abierto es en realidad una cultura del don. Dentro de ella no hay una escasez seria de las “necesidades de supervivencia” – espacio de disco, ancho de banda en la red, potencia computacional. El software se comparte libremente. Esta abundancia crea una situación en la que la única medida disponible del éxito competitivo es la reputación entre iguales”.
Existen, en el discurso de los miembros de la comunidad FLOSS, diferentes estrategias para acentuar el contraste entre la cooperación propia del software libre y el egoísmo característico del software propietario. Richard Stallman, por ejemplo, recurre habitualmente a la metáfora de las recetas de cocina. Del mismo modo que los amigos comparten recetas, también los programadores deberían tener la libertad de compartir su software. Además, el hecho de compartir se presenta como espontáneo y natural, frente a las arbitrarias limitaciones impuestas por las compañías de software propietario. “El acto de compartir software no se circunscribe a nuestra comunidad en particular: es tan antiguo como los propios ordenadores, lo mismo que compartir recetas es tan viejo como la cocina.” Sin embargo, al impedir el acceso al código fuente y al reservarse la posibilidad de copiar, distribuir y modificar el programa, las empresas de software propietario están limitando de forma inaceptable el derecho de los usuarios a compartir, explorar e introducir sus propias innovaciones. “Imagínese cómo sería si las recetas de cocina se guardasen de la misma manera que el software. Uno se podría preguntar: ¿Cómo cambio esta receta de manera que no tenga sal? De tal forma que el gran chef respondiese: ¿Cómo se atreve a insultar mi receta, mi creación y mi paladar, manoseándola? ¡No tiene usted el juicio necesario para cambiar la receta y hacer que salga bien!”
Tercera distinción: espontaneidad o dirigismo
La tercera diferencia que el discurso de la comunidad FLOSS establece entre el software libre y el software propietario tiene mucho que ver con el modelo elegido para desarrollar un proyecto informático. En el mundo de las empresas que elaboran software propietario, existe una organización centralizada que planifica las tareas y las dirige bajo un estrecho control. Todo el desarrollo del producto es secreto hasta que el programa informático está acabado. Las versiones incompletas o de prueba (“versiones beta”, en lenguaje técnico) son mantenidas lejos de las miradas indiscretas, y el funcionamiento del programa es supervisado únicamente por quienes están dentro del equipo de trabajo. En este modelo, la planificación previa a gran escala domina el desarrollo del software. Esto es lo que Eric Raymond denomina el “estilo catedral”, oponiéndolo al “estilo bazar” que, en su opinión, caracteriza la creación del software en la comunidad FLOSS. Cuando se desarrolla un proyecto al “estilo bazar” un conjunto de programadores coopera de forma espontánea y hasta cierto punto autoorganizada. Además, esta colaboración es siempre voluntaria, y muchas veces sin ánimo de lucro. El proyecto suele estar dirigido por un responsable o coordinador que “apadrina” el proyecto, que se encarga de reclutar colaboradores y de recopilar sus contribuciones, y que tiene la obligación de traspasarlo a alguien de fiar si por alguna razón no va a poder hacerse cargo de él por más tiempo. Eric Raymond narra en “El bazar y la catedral” su propia experiencia como coordinador de uno de estos proyectos , la cual le condujo a replantearse sus ideas acerca de los modelos óptimos de desarrollo para el software. En sus propias palabras: “(…) creía que había una cierta complejidad crítica más allá de la cual era necesaria una aproximación más centralizada a priori. Creía que el software más importante (sistemas operativos y herramientas verdaderamente grandes, como el editor de programación Emacs) necesitaban ser construidos como catedrales, elaborados cuidadosamente por hechiceros individuales o pequeñas bandas de magos trabajando en un espléndido aislamiento, sin liberar versiones beta antes de tiempo. El estilo de desarrollo de Linus Torvalds – libera pronto y a menudo, delega todo lo que puedas, sé abierto hasta la promiscuidad – vino como una sorpresa. No había aquí la construcción tranquila y reverente de una catedral – más bien, la comunidad Linux parecía recordar un gran y bullicioso bazar de diferentes agendas y aproximaciones (bien simbolizadas por los repositorios de archivos de Linux, que admitían contribuciones de cualquiera), del cual parecía que sólo por milagro podría aparecer un sistema estable y coherente”
Cuarta distinción: apertura o cierre
La cuarta distinción importante se refiere al carácter público o secreto del código fuente con el que están elaborados los programas. Para la comunidad FLOSS resulta esencial disponer del código fuente de los programas. Por eso algunos hablan del “software de código abierto”, en tanto que otros prefieren denominarlo “software libre”. En todo caso, la publicación del código es fundamental para que los demás miembros de la comunidad puedan conocer y modificar el programa, si así lo desean. Por eso el software libre es descrito por la comunidad FLOSS como transparente, abierto y público, en tanto que el software propietario se presenta como opaco, cerrado y secreto. Carecer del código fuente significa, por tanto, perder el control de lo que sucede en nuestro ordenador, y ser incapaces de adaptar o cambiar las cosas que no funcionan. “Software propietario significa, fundamentalmente, que tú no controlas lo que haces; no puedes estudiar el código fuente ni modificarlo.”
El software propietario mantiene oculto el código y sólo distribuye los binarios ejecutables, con lo que impide que el usuario pueda conocer los detalles íntimos del funcionamiento del programa. Esto resulta inaceptable para la comunidad FLOSS. El software propietario limita la posibilidad de cambios o mejoras (que sólo pueden ser realizados por el autor o la compañía que escribió el código y dispone de las fuentes). Esta situación dificulta el intercambio de información, y limita toda posibilidad de modificar el programa a los autores que lo crearon. La imposibilidad de acceder al código impide la existencia de versiones alternativas del mismo programa, y hace inviable el desarrollo de funciones nuevas o posibilidades alternativas. El diseño, la creación y la distribución del programa están reservados de forma exclusiva a la empresa propietaria del código, creándose así una falta de libertad que puede favorecer las situaciones de monopolio de empresa. “El mercado informático tiende al monopolio de producto en todos sus ámbitos. Los usuarios quieren rentabilizar el esfuerzo realizado en aprender cómo funciona un programa, las empresas quieren encontrar gente formada en el uso de su software y todos quieren que los datos que gestionan puedan ser entendidos por los programas de las empresas y las personas con las que se relacionan. (…) Pero una situación donde un producto domina el mercado hasta el punto de constituirse en un monopolio de facto no es necesariamente indeseable. En realidad, lo preocupante es lo que conlleva: cuando un producto domina el mercado, sólo hay una empresa que lo controle.”
Por el contrario, la comunidad FLOSS trabaja en el desarrollo de proyectos de forma abierta y cooperativa, compartiendo el código y estimulando el desarrollo de nuevas versiones de los programas. Lo que se favorece en este caso es un pluralismo caracterizado por la presencia de enfoques múltiples y aportaciones diversas. En el mundo del software libre lo que existen son monopolios de producto, pero no de empresa. Como el código es abierto, cualquier empresa puede trabajar con él, mejorarlo y adaptarlo a las necesidades específicas de cada cliente, ofreciéndole además el mantenimiento y el soporte que necesite. “El monopolio de producto se traduce en el mundo del software libre, por lo tanto, en competencia feroz entre empresas. Y con ello los usuarios retoman el control: las empresas en competencia no pueden más que hacerles caso si quieren sobrevivir. Y precisamente esto es lo que asegurará que el producto mejore.”
En ocasiones, dentro de la comunidad FLOSS incluso se trabaja de forma paralela en proyectos similares pero diferentes. “… la teoría implícita de la Definición de Open Source (…) es que cualquiera puede hackear cualquier cosa. Nada puede evitar que media docena de personas distintas tomen un determinado producto de código abierto (…) duplicando las fuentes, marchándose con ellas en diferentes direcciones evolutivas, pero reclamando todos que ése es el producto”. Suelen existir fuertes presiones para evitar este tipo de bifurcación (“fork” en inglés), porque dispersa las energías de la comunidad y duplica esfuerzos de forma poco productiva. Sin embargo, la comunidad FLOSS considera esencial disponer de la libertad de tomar esta iniciativa si no hay otra opción, dadas las circunstancias. “Hay que recordar aquí que nadie dentro de la comunidad hacker quiere que los proyectos de dividan entre líneas de desarrollo en competencia; de hecho (como he observado en “Colonizando la Noosfera”), hay una presión social muy fuerte contra las bifurcaciones, por buenas razones. Igualmente, nadie quiere estar en un piquete, en los tribunales o disparando en una batalla. Pero el derecho a las bifurcaciones es como el derecho de huelga, el derecho a pleitear o el derecho a usar las armas – no quieres tener que ejercer ninguno de estos derechos, pero es una señal de serio peligro cuando alguien intenta arrebatártelos” De modo que la posibilidad de tomar iniciativas independientes en caso de extrema necesidad es considerada una libertad esencial e irrenunciable por parte de la comunidad FLOSS, así como un rasgo fundamental de la apertura característica de los proyectos del software libre.
Quinta distinción: servicio o producto
Un quinto e importante aspecto que caracteriza al discurso de la comunidad FLOSS es la interpretación del software como un servicio, más que como un producto. Las empresas de software propietario consideran a cada programa informático como un producto, que como tal puede fabricarse, distribuirse y venderse. Raymond explica claramente esta distinción en su artículo “El caldero mágico”: “Cuando la mayor parte de la gente trata de razonar acerca de la economía de producción del software, tienden a asumir un “modelo de factoría” que está basado en las siguientes premisas fundamentales: 1) La mayor parte del tiempo por el que se paga al desarrollador es un valor de cambio; 2) El valor de cambio del software es proporcional a su coste de desarrollo (esto es, el coste de los recursos necesarios para replicarlo funcionalmente) y a su valor de uso. En otras palabras, la gente tiene una fuerte tendencia a asumir que el software tiene las características de valor de un típico producto manufacturado. Pero se puede demostrar que estas dos suposiciones son falsas.” A continuación, Raymond explica en su texto cómo la mayor parte del código escrito por los desarrolladores de software se destina a aplicaciones prácticas muy concretas “que hacen muy difícil su reutilización o su copia (…) Así pues, según el entorno cambia, hace falta continuamente más trabajo para mantener el software en condiciones. Esto se denomina mantenimiento, y cualquier ingeniero informático o analista de sistemas te dirá que constituye la mayor parte (más de 75 %) de la actividad por la que se paga a los programadores. Así que la mayor parte de las horas de programación se emplean en (y la mayor parte de los salarios de los programadores se deben a) escribir o mantener código interno que no tiene ningún valor de cambio”
Las empresas de software propietario basan su modelo de negocio en la venta de programas de código cerrado, por medio del sistema de licencias. El usuario final tiene prohibida la copia, y debe pagar por cada una de las licencias que necesita. Pero este modelo se fundamenta esencialmente en considerar que el software es un producto, aunque el software presenta muchas diferencias con el resto de bienes manufacturados. El usuario final ve ampliamente recortados sus derechos sobre el programa que ha adquirido, ya que hay muchas cosas que no le está permitido hacer, aunque haya pagado su licencia. “Las empresas informáticas que centran su modelo de negocio en la venta de licencias de programas propietarios que han construido, tratan el software como un producto. Un producto muy especial, sobre el que sólo te venden ciertos derechos, y sobre el que te impiden ejercer muchos otros” .
En la comunidad FLOSS, frente a este modelo, se defiende la concepción del software como servicio, lo cual modifica drásticamente todo el planteamiento de su elaboración y difusión. La idea básica consiste en orientar el negocio del software hacia el desarrollo, buscando los ingresos económicos en la adaptación de los programas a las necesidades de los usuarios, y centrando la actividad empresarial en programas cuyo código sea público y accesible, pero proporcionando después una cuidada atención al cliente para el mantenimiento del software. “La consideración del software como un servicio, además de ser mucho más cercana a los intereses del usuario, supone un cambio muy interesante de las reglas del juego, y más cuando se trabaja con software libre. Supone que la importancia se traslada del código fuente en sí mismo (el programa) al conocimiento sobre el programa. Y esto es lo que los productores de software libre tienen que rentabilizar.”
Eric Raymond ha acuñado una frase lapidaria para referirse a este nuevo modelo de negocio: “Regala la receta y abre un restaurante” . “En este modelo, uno libera el código para crear una posición de mercado no para el software cerrado (…) sino para servicios.” Este es el tipo de negocio que desarrolló la empresa Cygnus Solutions, pese a las grandes dudas que suscitaba la idea de fundar un negocio en la creación de software que después se iba a ofrecer libremente a quien quisiera copiarlo o modificarlo. Michael Tiemann, uno de los fundadores de Cygnus, lo explica muy claramente: “Es muy caro crear un estándar y hacerlo bien. Pero es mucho más caro trabajar sin estándares o tratar de mantener un estándar si el estándar está lleno de errores. Tiene mucho valor tener a gente solvente trabajando en software cuyos precedentes sentarán las bases de los estándares del día de mañana. Creíamos al principio que la gente entendería esta propuesta de valor, y que valorarían la oportunidad de pagarnos para crear programas de código abierto y de alta calidad que se convertirían en el estándar de facto en el mundo del software” En su defensa de este modelo de negocio, Tiemann establece una comparación muy interesante con el mundo de la abogacía en EE.UU., señalando que aunque todas las sentencias y decisiones judiciales son públicas y de libre acceso (lo cual tiene enorme importancia en un sistema legal basado en la ley consuetudinaria y en la importancia de los precedentes), los buenos abogados se cuentan entre los profesionales mejor pagados del país. De la misma forma, los clientes que deseen software de calidad estarán dispuestos a pagar por él, y además se beneficiarán de que el resultado pase a formar parte del cuerpo de conocimiento informático generalmente accesible. Además, el núcleo del negocio debería basarse en la atención al cliente, el mantenimiento y el desarrollo: “Íbamos a proporcionar soporte técnico probado para software técnico probado, e íbamos a usar economías de escala para hacerlo rentable” O, en palabras de Stallman: “Si es verdad que los usuarios prefieren gastar dinero y obtener un producto con servicio, estarán igualmente de acuerdo en adquirir el servicio habiendo obtenido el producto de forma gratuita.”
Después de Cygnus, otras empresas siguieron el mismo modelo de negocio. “Esto es también lo que hacen Red Hat y otros distribuidores de Linux. Lo que venden en realidad no es el software, los bits en sí mismos, sino el valor añadido por recopilar y probar un sistema operativo ejecutable que puede garantizarse (aunque sólo sea implícitamente) que es comercializable y compatible con otros sistemas operativos de la misma marca. Otros elementos de su propuesta de valor incluyen soporte gratuito para la instalación y la oferta de opciones para contratos de mantenimiento posteriores.”
Sexta distinción: saber o técnica
En sexto lugar, el discurso de la comunidad FLOSS defiende la idea de que el software es conocimiento, y que por tanto debe hacerse público y difundirse ampliamente, como contribución al progreso del saber científico de la sociedad. Esta opinión contrasta vivamente con la consideración del software como técnica o como herramienta, característica de las empresas de software propietario. Comparar el software con un invento, como hacen estas empresas, en lugar de con una contribución al conocimiento científico, como hace la comunidad FLOSS, tiene importantísimas consecuencias. Las patentes de software se otorgan porque se supone que el software es una invención equiparable a un artilugio mecánico, o a un procedimiento industrial. Y patentar el software supone dificultar enormemente el desarrollo del mundo del software libre. “Toda patente protege alguna idea. Las patentes de software son patentes que protegen ideas que tienen que ver con el software, ideas que podrían usarse para desarrollar software. Eso es lo que las convierte en peligrosos obstáculos para cualquier desarrollo de software.”
El sistema de patentes está basado en la idea de incentivar la creación e innovación ofreciendo al autor de una idea un monopolio limitado en el tiempo sobre su utilización. El autor puede, así, solicitar el pago de una cierta cantidad por emplear la idea patentada, o puede reservarse la exclusividad de su uso para desarrollarla comercialmente por su cuenta. En cualquier caso, quienes defienden el sistema de patentes argumentan que supuestamente contribuye a la innovación y al avance técnico de la sociedad: “…el sistema de patentes fue establecido para animar a los inventores a revelar los detalles de sus inventos. Su propósito fue ayudar a la sociedad y no tanto ayudar a los inventores.” Se insiste así en el carácter arbitrario del sistema de patentes, que únicamente estaría justificado en caso de que el bien social que produce fuera mayor que los perjucios que causa. “La legislación sobre patentes no es un tipo de ley natural, sino un mecanismo usado por las sociedades para mejorar la velocidad de desarrollo tecnológico y para asegurar que no se ocultan las técnicas importantes de forma que puedan ser incorporadas al corpus de conocimiento público.”
Para los miembros de la comunidad FLOSS, sin embargo, existen muy buenas razonas para eliminar las patentes del mundo del software. El software es un tipo de creación que conviene distinguir de productos como un medicamento, por tomar un ejemplo característico al que afecta muy directamente el sistema de patentes. “La idea es que hay una patente por producto, que cubre la idea del producto. En algunos campos esto está cerca de ser verdad; en otros campos esto está lejos de serlo. El campo del software está en el último extremo: un programa puede ser objeto de muchas patentes. Esto pasa porque los paquetes de software son normalmente muy grandes. Usan muchas ideas diferentes en combinación (…) El resultado es que cuando escribes un programa estás usando una enorme cantidad de ideas diferentes, cada una de las cuales puede estar patentada por alguien” De hecho, numerosas compañías de software propietario están ganando grandes cantidades de dinero gracias a la “cartera” de patentes que acumulan, y con la que demandan a los programadores que usan sus ideas patentadas. Esto es especialmente grave en el caso del software libre, porque al difundir abiertamente el código, el funcionamiento del programa resulta transparente, y hace posible un minucioso escrutinio en búsqueda de patentes que hayan sido violadas.
Además, independientemente de estas consideraciones, la comunidad FLOSS insiste en que no está nada claro que las patentes estén realmente favoreciendo el desarrollo del software. En un campo altamente innovador como este, la creación de barreras para la utilización de ideas fructíferas puede ser contraproducente. “En un estudio del gobierno australiano sobre el sistema de patentes en la década de 1980, se concluía que, aparte de la presión internacional, no había motivos para tener un sistema de patentes – ya que no producía nada bueno para el público – y recomendaba su abolición a pesar de la presión internacional.”
Para la comunidad FLOSS, el software es conocimiento, y como tal su desarrollo debe ser incentivado y promovido por la legislación vigente, y sus resultados deben ser divulgados públicamente sin restricciones. En ocasiones, la comparación resulta explícita, como en el siguiente texto, extraído de la introducción a una recopilación de artículos sobre el movimiento Open Source. “La ciencia, después de todo, es una empresa de código abierto. El método científico se basa en un proceso de descubrimiento, y en un proceso de justificación. Para que los resultados científicos puedan ser justificados, deben ser reproducibles. La reproducción es únicamente posible si se comparten las fuentes: las hipótesis, las condiciones experimentales, y los resultados. El proceso de descubrimiento puede seguir muchos caminos, y a veces los descubrimientos científicos se producen aisladamente. Pero al final el proceso de descubrimiento debe mostrarse compartiendo información: permitiendo a otros científicos ir más allá cuando uno no puede; polinizando las ideas de los otros para que algo nuevo pueda crecer, algo que de otra manera no habría nacido. Donde los científicas hablan de reproducir resultados, los programadores Open Source hablan de depurar errores. Donde los científicos habland de descubrir, los programadores Open Source hablan de crear. Al final, el movimiento Open Source es una extensión del método científico, porque en el corazón de la industria informática está la ciencia informática. Considera las palabras de Grace Hopper, que inventó el compilador, quien dijo, a principios de los 60: “Para mí programar es más que un arte práctico importante. Es también una gigantesca tarea en los fundamentos del conocimiento”. La informática, sin embargo, difiere fundamentalmente de todas las demás ciencias. La informática tiene una única manera de permitir a nuestros iguales que reproduzcan los resultados: compartir el código fuente.” Algunas páginas más adelante el texto continúa con la analogía: “El código abierto ha nacido en el seno de un Renacimiento digital posible gracias a Internet, igual que la ciencia moderna fue posible durante el Renacimiento gracias a la invención de la imprenta. (…) [La imprenta] hizo descender de forma dramática las barreras de entrada en la infraestructura de la información. Los estudiosos que previamente habían trabajado aislados pudieron, por primera vez, establecer un sentido de comunidad con otros estudiosos a través de toda Europa. Pero este ejercicio en la construcción de una comunidad necesitaba un compromiso absoluto para compartir abiertamente la información. Lo que nació de esta comunidad fue la noción de libertad académica, y finalmente el proceso que hoy llamamos Método Científico. Nada de esto hubiera sido posible sin la necesidad de formar una comunidad, y la información compartida libremente ha sido durante siglos el cemento que ha mantenido a la comunidad científica unida.”
Séptima distinción: placer o trabajo
En séptimo lugar, la comunidad FLOSS opone su propia consideración acerca de la creación del software como placer con el modelo propio de las empresas de software propietario, para las cuales programar es un trabajo. Eric Raymond, por ejemplo, en “Homesteading the Noosphere”, plantea la dinámica interna de la comunidad hacker como un “juego de reputación”, y posteriormente se refiere a la importancia del disfrute personal en esta actividad. “Haciendo este análisis del juego de reputación, en todo caso, no pretendo menospreciar o ignorar la satisfacción puramente artística de diseñar software bello y hacerlo funcionar. Todos los hackers experimentan esta satisfacción y les sienta muy bien. La gente para la que no es una motivación significativa nunca se convierten en hackers en primer lugar, igual que la gente a la que no le gusta la música no se convierte en compositores. Así que tal vez deberíamos considerar otro modelo de comportamiento para los hackers en el que la pura satisfacción de la artesanía sea la motivación principal.” Stallman también menciona la importancia de la satisfacción personal frente al mero incentivo económico para crear software. “Durante más de diez años, algunos de los mejores programadores del mundo trabajaron en el Laboratorio de Inteligencia Artificial por mucho menos dinero del que podían ganar en otras partes. Recibieron varios tipos de recompensas no económicas: fama y aprecio, por ejemplo. Y la creatividad también se disfruta, es un premio en sí misma”
Sin duda, ha sido Pekka Himanen quien mejor ha descrito las diferencias entre la motivación lúdica y apasionada del hacker y el interés económico y productivista de los trabajadores que desarrollan software propietario. En su obra “La ética del hacker”, defiende la idea de que los valores que mueven a los hackers son siete: la pasión, la libertad, el valor social, la accesibilidad, la actividad, la preocupación responsable y la creatividad. Estos valores son completamente opuestos a los que caracterizan el ethos protestante, analizado por Weber: el dinero, el trabajo, la optimización, la flexibilidad, la estabilidad, la determinación y la contabilidad de resultados. Himanen argumenta que, de la misma forma que la ética protestante configuró el espíritu del capitalismo en la modernidad, así ahora la ética del hacker está configurando el espíritu de la sociedad-red en la era informacional. En el prólogo de esta obra, escrito por Linus Torvalds, podemos leer una excelente descripción de las motivaciones características de la comunidad FLOSS: “… No se trata de hacer mucho dinero. La razón por la que los hackers de Linux hacen algo es que lo encuentran muy interesante y les gusta compartir eso tan interesante con los demás. De repente, se obtiene entretenimiento de hacer algo interesante, a la vez que se alcanza una repercusión social.”
Extendiendo la buena nueva. La difusión de las ideas sobre el software libre en España.
El movimiento FLOSS tiene relevancia allí donde existe una comunidad importante de programadores de cierto nivel que además expresan su deseo de compartir el código y colaborar cooperativamente en su desarrollo. Para que exista una comunidad floreciente de este tipo, es preciso que exista una infraestructura técnica adecuada, así como un colectivo de programadores de alto nivel con inquietudes personales muy particulares. No es casualidad que los “apóstoles” del software libre y del Open Source sean estadounidenses, o que Linus Torvalds sea finlandés.
En España, pese a la abismal diferencia que nos separa de países como los EE.UU., la comunidad FLOSS ha experimentado en los últimos años un auge considerable. Algunos grupos muy activos han venido difundiendo los planteamientos sobre el software libre a través de revistas como Todo Linux, conferencias públicas en diversos ámbitos, o sitios Web de referencia, como www.barrapunto.com, www.libertonia.com, o www.hispalinux.es. Recientemente, en la Universidad Rey Juan Carlos de Móstoles (Madrid) se ha puesto en marcha un programa de doctorado sobre el tema.También se celebran de forma periódica “hackmeetings” en los que los miembros de la comunidad FLOSS comparten sus conocimientos y exponen públicamente tanto sus creaciones como sus planteamientos y valores.
En general, la orientación de los principales portavoces del movimiento FLOSS en España es muy similar a la de los “padres fundadores” del movimiento por lo que se refiere a los principios éticos fundamentales y a las ventajas prácticas que supone el uso del software libre. La labor más importante en este campo es la difusión de ideas en diversos ámbitos, para expandir la comunidad FLOSS y popularizar el uso del software libre. Tanto en Internet como en diversas publicaciones periódicas, las principales figuras del software libre en España comentan noticias de actualidad y luchan activamente por promocionar el uso de los programas de código abierto, apoyando abiertamente a las Administraciones Públicas que han apostado por ellos.
Como no podía ser de otro modo, la comunidad FLOSS en España denuncia la situación de privilegio que disfruta el software propietario en nuestro país. La Administración pública adquiere frecuentemente carísimas licencias sobre programas propietarios a cuyo código no tiene acceso; en las escuelas se enseñan de forma generalizada los programas propietarios más utilizados; determinadas aplicaciones informáticas de interés público (como el programa PADRE para hacer la declaración de la renta, o el Diccionario de la Real Academia de la Lengua) sólo están disponibles en su versión para sistemas operativos propietarios…
Resulta particularmente interesante destacar el interés con el que la comunidad FLOSS en España ha seguido los debates sobre la legislación acerca de las patentes de software en Europa. Aunque en EE.UU. existen patentes de software desde hace años, éstas todavía no han sido introducidas en Europa. Sin embargo, actualmente está en curso una iniciativa que, de prosperar, permitiría patentar el software. La comunidad FLOSS se opone abiertamente a esta iniciativa, porque dificultaría considerablemente el desarrollo del software libre. También han prestado gran atención a la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información, a la que han criticado duramente por limitar la libertad de expresión en la red.
Conclusión. La definición social de la libertad, o cómo se construye aquello por lo que merece la pena luchar
Sin duda, resulta insólito encontrar una singular comunidad de profesionales altamente capacitados que desarrollan sus habilidades de forma voluntaria y gratuita para compartir después libremente el resultado de su esfuerzo. Pero lo más sorprende es descubrir cómo son los propios protagonistas de este peculiar movimiento quienes además nos ofrecen una sólida interpretación de su dinámica social.
En sus numerosos textos divulgativos, programáticos o propagandísticos, los miembros más destacados de la comunidad FLOSS han llevado a cabo un detallado análisis sobre la actividad que desarrollan, su fundamento ético y filosófico, sus repercusiones económicas y jurídicas, y sus posibilidades de desarrollo futuro. Y en todos sus textos, los miembros de la comunidad FLOSS se han esforzado por identificar cuáles son las características que distinguen el software que ellos producen de aquellos otros programas propietarios que elaboran las empresas de código cerrado. Para la articulación de su discurso, han creado y difundido toda una serie de categorías y descripciones fuertemente cargadas de connotaciones valorativas, en las que se hace especial hincapié sobre el concepto de libertad.
Lo interesante de este discurso elaborado por la propia comunidad FLOSS es que ha permitido establecer una nueva categorización, coherente y dotada de gran fuerza retórica, y que antes no existía. Así, por ejemplo, al reclamar abiertamente el acceso al código fuente, se establece una diferenciación entre los programas libres y transparentes que nos ofrecen su código y aquellos otros programas propietarios y opacos que ocultan sus secretos a los usuarios. Esta distinción, que surge sólo cuando el discurso de la comunidad FLOSS identifica y “etiqueta” el software propietario en contraste con el software libre, constituirá a partir de entonces parte ineludible de toda reflexión sobre el tema. Así pues, es la existencia de un movimiento militante en defensa del software libre y del código abierto lo que ha puesto de manifiesto las características cerradas y antisociales del software propietario. Y lo ha hecho de dos maneras: en primer lugar, creando un software diferente y liberando su código; y en segundo lugar, analizando desde dentro el funcionamiento de la comunidad FLOSS y explicando los principios fundamentales de su dinámica social.
Como queda claro en sus numerosos textos, al menos para una parte muy significativa de la comunidad FLOSS, la libertad es el valor esencial por el que se está luchando. Pero para comprender cuál es el contenido exacto de esa libertad, resulta indispensable confrontar la actitud del hacker con las prácticas habituales de las empresas que elaboran software propietario. El significado del concepto de libertad, como elemento utópico del imaginario colectivo, se construye socialmente en el mismo proceso de movilización social que lucha por conseguirla. Lo que suscita la emergencia de un movimiento en defensa de la libertad es precisamente la sensación compartida de ausencia de libertades, o de imposiciones arbitrarias que resultan éticamente inaceptables. De esta manera, el movimiento FLOSS encuentra su fuerza y su sentido en su propia dinámica expresiva, que llena de contenido sus reivindicaciones más profundas a través de la movilización social que ha promovido.

BIBLIOGRAFÍA
Stallman, Richard M. (2004): Software libre para una sociedad libre, Traficantes de sueños
Raymond, Eric S. (2001): The Cathedral and the Bazaar, O´Reilly
Varios autores (1999): Open Sources. Voices from the Open Source Revolution. O´Reilly
Matellán, Vicente; González Barahona, Jesús; Heras, Pedro de las; Robles, Gregorio (2004): Sobre software libre, Dykinson
Himanen, Pekka (2001): La ética del hacker y el espíritu de la era de la información, Destino

SESION DEL VIERNES 6 DE MAYO

Muchachos todos: he estado intentando "colgar" aquí (¿aquí?), como prometí, el fichero de texto (.doc) con la transcripción de la llamada telefónica en antena que vamos a destripar en nuestra próxima sesión doctoral. No lo he logrado, lo siento. De modo que ya os pasaré fotocopias in situ de la misma, como tengo costumbre. Simplemente quería que tuvieseis un poco más de tiempo para leerla porque es un poco más larga. No pasa nada, ya inventaremos algo para salvar este y otros obstáculos al uso.
Besos para todos y nos vemos. jvi.

Entrevista a Papá Stallman

Les mando el enlace de una Entrevista que le hicieron a Stallman y que salió publicada en el País Digital. Nos vemos el viernes, saludos.
Edgar

Sesión viernes 29 abril

Os recuerdo que en la sesión de este viernes (más/menos 13.00h-13,30h.) contaremos con la presencia de Gregorio Robles [Grex] quien amablemente vendrá a contarnos/comentarnos cuestiones sobre Software Libre. Espero que no faltéis y que podamos pasar un rato agradable. Después comeremos juntos (los que os quedéis :). Así pues, no hacer planes para esas horas...

ciao!

rubén

"Hasecorp" alienta el uso de software libre

Lo que ya comentábamos en clases pasadas, Microsoft induce al delito para detectar tiendas piratas. Atentos a los comentarios a la noticia.

ciao!

ruben

Las sorpresas de los antropólogos de Intel

Las sorpresas de los antropólogos de Intel

FRANCIS PISANI, EL PAÍS - 14-04-2005. Facilitado por rafa casado

LOS INGENIEROS ABUNDAN en los laboratorios de Intel dedicados a la investigación. Es normal. Resulta más difícil, sin embargo, no sorprenderse al saber que cuentan con un equipo de 10 antropólogos. ¿De qué pueden servir tales estudiosos de las culturas y prácticas humanas en una empresa de microprocesadores?

"Nos interesa la gente, lo que cuenta para ella y sus pequeños rituales", declaró Genevieve Bell, miembro del grupo, durante una entrevista en Silicon Valley. "En vez de preguntarnos qué problema tecnológico hay que resolver, preguntamos lo que la tecnología debería hacer para la gente", precisa.

Durante dos años, Bell recorrió 19 ciudades de 7 países asiáticos. Habló con familias sobre la importancia de la edad, del sexo, de la concepción del espacio o del tiempo, tratando de distinguir entre las ideas que la gente tiene sobre sí misma y la realidad de sus prácticas diarias.

La otra mitad de su trabajo consiste en convencer a los ingenieros. Se transforma entonces en cuentista, en story teller. "A la manera de Esopo, contamos fábulas para descentrar la percepción del mundo de quienes nos escuchan. Tienen que transmitir la dignidad de la vida de los otros a un auditorio que tiende a creer que todos quisieran ser norteamericanos".

El éxito depende en buena medida del manejo de lo que Bell califica "sorpresas anodinas". Su observación, por ejemplo, de que los musulmanes de Malasia preguntan a sus móviles para encontrar la dirección de La Meca cuando llega la hora de rezar y están lejos de casa. "Es sencillo y provocador frente a las concepciones occidentales de la tecnología y de la modernidad".

En igual sentido, Bell menciona los problemas que surgen cuando se usan en los departamentos de 50 metros cuadrados de Singapur puntos de acceso WiFi diseñados en EE UU para casas de 250 metros cuadrados. Ciertas personas están convencidas de que las impresoras inalámbricas son poseídas por los espíritus cuando empiezan a imprimir documentos aparentemente por cuenta propia, pero en realidad enviados por el ruteador demasiado poderoso de algún vecino del mismo barrio.

Todos esos aparatos "son tanto objetos culturales como tecnológicos. Tienen múltiples significados", estima Bell. Significados que varían según los lugares.

En Occidente la identidad se centra alrededor del individuo. En otras partes pasa a menudo por el clan, la familia o la aldea. Lo cual explica tal vez por qué en ciertos hogares todos los miembros utilizan de manera indistinta cualquiera de los teléfonos de la familia, buscando el aparato con más batería.

¿Puede acaso su trabajo contribuir a modificar la manera en la que los norteamericanos utilizan la tecnología? Vacila: "No podemos transformarlos, pero podemos abrir sus horizontes. La antropología es un juego de espejos".

Salida en pos de una hipotética "clase media global", blanco ideal para los productos de Intel y Silicon Valley, esta australiana, doctora en antropología de la Universidad de Stanford, piensa hoy que el teléfono celular "fortalece lo local y hasta el hogar".

"Las diásporas han cambiado", estima. Practican el SMS (mensajes cortos) de una parte del planeta a otra. Bell cuenta la historia de una india de 60 años que redacta sus textos sobre papel antes de transmitirlos por SMS a su hijo residente en EE UU, contándole los programas de tele o sobre sus amigos. Resultado: "Me siento más cerca de mi madre", cuenta el hijo. Tan cerca que tuvo que pedirle que dejara de contar los detalles de los platos que estaba preparando para la cena porque se llenaba de nostalgia y se le rompía el corazón.

El trabajo de Bell y de su equipo sobre prácticas culturales permite sugerir usos, pero también resistencias no previstas. Cuando se le pregunta si consigue influir no sólo en los ingenieros de su empresa, sino tambien en las empresas que fabrican los aparatos, entonces contesta con un ligero suspiro envuelto en una inmensa sonrisa: "Es bueno tener un oficio difícil".

Lo -mucho- que ganan algunos bloggers

Lo -mucho- que ganan algunos bloggers

15/04/2005 10:07 por Redacción de Baquía

Convertirse en autor de bitácoras puede llegar a ser una profesión muy rentable. Algunos bloggers se levantan sueldos ciertamente interesantes.

Hace dos años había 100.000 blogs en Internet. Hoy, la cifra asciende a 10 millones. Cada día aparecen 12.000 nuevas bitácoras o, lo que es lo mismo, uno cada 7,4 segundos. Según un estudio de Pew Internet Project, el blogger tipo es un hombre menor de 30 años, con conexión de banda ancha, veterano en el uso de la Red, que navega desde hace seis años y con estudios superiores en un 40% de los casos.

A qué esperáis, coleguitas!!! Estáis desaprovechando una gran oportunidad de aprender con "C2D2" para forraos!!!

Salu2 creativos // rafa casado

Rumbo a México

Si ya César está pensando en irse de turismo académico a Tenerife, pues aquí les pongo el enlace de un EVENTO para que vayan a México, creo que está pintado para lo que trabajamos en clase, ustedes dirán. Saludos

Fotos de Edgar

Bien, pues gracias a la recomendación de Rafa he subido algunas FOTOS a Flickr por si quieren echarles un vistazo, son algunas de Turquía y algunas de Madrid, espero poder poner algunas más pronto. Espero críticas ;)
Saludos

Vuelta de vacaciones

Bueno, pues supongo que el que más o el que menos ya está de vuelta, así que toca vernos :) Os recuerdo que este viernes 1 de abril imparte sesión Javier y el próximo viernes 8 de abril le toca a un servidor (de todas formas, nos veremos este próximo viernes).

Una cuestión sobre mi "temática". He contactado con un amable potencial invitado (por el momento, mantendré cierto misterio sobre su identidad...) y se me ocurren varias cuestiones con el fin de organizar una amigable y entretenida sesión con él.

- La primera tiene que ver con la fecha. Este amable invitado me comenta que a partir del 8 de abril estará "disponible" y creo que su disponibilidad es elevada, así pues, fechas en las que todos o la mayoría podamos estar presentes (a mí me va bien, en principio, martes/miércoles por la mañana a ser posible -quizá podríamos continuar-enlazar con una distendida comida...). Organizar la sesión un jueves o un viernes me resultaría muy complicado para poder atender al invitado como se merece :O

- La segunda tiene que ver con la dínámica de la sesión. Se me ocurre algo así como una introducción muy rápida por su parte y a continuación cuestiones, dudas y/o lo que se nos ocurra sobre la temática. Alguien sugiere algo??? El amable invitado me pide que concrete qué demonios queremos que nos cuente :)

- La tercera y última cuestión es pediros "rapidez" en vuestras respuestas, please!!!

Bueno, pues vosotros diréis. Nos leemos.

ciao!

ruben

Ps.- Muchas gracias a Rafa por "estar de guardia"... Te debo "dos" ;)

ARTE Y CULTURA: LA ERA DIGITAL

ARTE Y CULTURA: LA ERA DIGITAL

Arte y Cultura: La era digital

De los años 80 al presente

UNA VISIÓN ARTíSTICA DE LO GROTESCO DE LA ERA DIGITAL EN LA FUNDACIÓN TELEFÓNICA


Bajo el título de "Monstruos, fantasmas y alienígenas: poéticas de la representación en la cibersociedad" se hace una revisión artística de lo grotesco en la era digital que indaga en la deformidad y lo monstruoso a la luz de las nuevas tecnologías.

Para los que estos días se queden por Madrid. Salu2 // rafa casado