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Tecnología y Política

"MANIFIESTO A FAVOR DE LA CIBERCIUDADANÍA".

"MANIFIESTO A FAVOR DE LA CIBERCIUDADANÍA". El acceso a la cultura, la información y el conocimiento es un derecho universal y como tal debe ser protegido y estimulado por todos los Estados del Mundo. Este derecho básico no puede ser ni ignorado ni restringido ni monopolizado por ninguna entidad política, social, religiosa, o comercial, por lo que su expresión fáctica no puede quedar supeditada a las leyes del mercado ni a los intereses políticos o comerciales de los grupos dominantes.

Y porque el ciberespacio no es una parcela ajena a la realidad sociopolítica que vivimos, desde f i a p os animamos a que leáis y suscribáis este manifiesto haciendo clic aquí. Muchas gracias. Salu2 // rafa

Cóctel de metáforas

César

He estado dándole algunas vueltas a un posible análisis metafórico del discurso con el que nos referimos a Internet y al mundo de la informática en general. Y estas son las ocurrencias que se me han venido a la cabeza. A ver qué os parece el asunto.

UNA APROXIMACIÓN AL ANÁLISIS METAFÓRICO DEL DISCURSO INFORMÁTICO

Gran parte de los términos que empleamos de forma habitual en nuestra vida cotidiana tienen origen metafórico, como queda magníficamente analizado por Lakoff y Johnson en su libro "Metáforas de la vida cotidiana". La importancia de las metáforas, más allá de su carácter anecdótico o curioso, está en el modo en que se relacionan unas con otras de forma coherente para dotar de un sentido muy específico a nuestro lenguaje. Las metáforas que fundamentan nuestra comprensión del mundo proyectan sobre él una determinada perspectiva interpretativa. De manera que nombrar las realidades es un primer e importantísimo paso en el proceso de su construcción.
El análisis metafórico del discurso puede aplicarse también de modo muy fructífero al estudio de artículos y textos científico-técnicos. En el presente texto pretendemos hacer una primera aproximación al estudio metafórico de los términos empleados en el mundo de la informática (con especial atención a las metáforas que describen o tienen relación con Internet). Cuando se difunde el uso de nuevas herramientas de la importancia de Internet, resulta de gran interés analizar el modo en que nos referimos a ellas.
Las metáforas que escogemos para describir estas nuevas tecnologías nos proporcionan valiosísimas pistas sobre la manera en que esas denominaciones reflejan una determinada concepción de sus posibilidades y del modo en que los usuarios las emplean, apropiándoselas y modificando sus usos sobre la marcha. Estas concepciones no siempre son coherentes y sistemáticas, sino que pueden presentar contradicciones y ambivalencias. Por otra parte, todos los términos están cargados de connotaciones y adherencias, que pueden darnos muchas orientaciones sobre las ideas que empleamos para describir estas nuevas realidades.

Primera aproximación: Internet es un territorio

Muchas de las metáforas con las que nos referimos a Internet están basadas en suponer que Internet es un territorio. La misma descripción de Internet como el "ciberespacio" presupone ya la existencia de un lugar, aunque lo concibamos como cibernético. En Internet lo que encontramos son "sitios" que podemos "visitar". De hecho, decimos que "accedemos" o "entramos" a Internet a través de un "portal". Las "direcciones" en Internet están estructuradas por medio de "dominios", lo cual nos remite a una nueva metáfora territorial.
La transferencia de datos en Internet, que es una de las actividades más importantes que se desarrollan en la red, nos proporciona un buen número de metáforas curiosas que conciben el ciberespacio como un lugar. Decimos que vamos a "bajarnos" una canción o una película de Internet, y que vamos a "subir" o "colgar" un texto que acabamos de redactar. Internet se concibe, por tanto, como un espacio que además está "ahí arriba", superpuesto al espacio de la realidad ordinaria, en un plano diferente al cual podemos "ascender" cuando queramos, para "descender" después al mundo real. Esta localización "en las alturas" resulta muy curiosa, y hace pensar casi inevitablemente en la metáfora del "cielo" como ámbito de lo espiritual, que está sobre nuestras cabezas, y de donde "descienden" los espíritus.
Pero el territorio Internet no sólo es un espacio que está "ahí arriba", sino que además es un lugar desconocido y desafiante. En ocasiones, Internet es explícitamente comparada con un océano. Para aventurarnos en Internet necesitamos un "navegador" o un "explorador", y la propia consulta de información "saltando" de un punto a otro se denomina "surfear" o "navegar". Los usuarios de Internet son los "internautas", y los diarios personales que éstos publican se denominan "bitácoras".
Además, Internet se concibe en ocasiones como un espacio que hay que conquistar y colonizar. Por eso se emplean las metáforas de la "frontera electrónica" que nos remiten a los pioneros que actúan como primeros pobladores de un ámbito nuevo y no exento de amenazas. El territorio Internet está lleno de "virus" (una interesante metáfora biológica, que nos daría mucho que pensar sobre cuál es el modelo subyacente con el que estamos comparando nuestras máquinas...). Y para movernos con seguridad en este espacio necesitamos prevenir las "infecciones" y utilizar "cortafuegos".
Y, por supuesto, Internet puede también interpretarse como un espacio en el que las personas se encuentran. Los "internautas" generan "comunidades virtuales" que pueden intercambiar opiniones e información en ciertos "lugares" (los "foros" o "grupos de discusión", los "Sistemas de Tablones de Anuncios" o BBS, los "Dominios multiusuario" o MUD...). Quienes emplean Internet pueden también "charlar" (empleando el "chat") en "salas" temáticas, que son lugares en los que encontrar amistades y compartir intereses comunes, de manera muy parecida a como en otros tiempos se podían encontrar en las plazas, en las calles y en las tabernas.

Segunda aproximación: Internet es una red

El mismo nombre de Internet incorpora (en inglés) la metáfora de la red para describir en qué consiste fisicamente. Y esta metáfora se aplica al menos en dos sentidos diferentes, puesto que se trata al mismo tiempo de una red de caminos y de una red de nodos interconectados.
La metáfora de la red como sistema de caminos (cuya analogía serían las carreteras de un país, o el sistema de venas y arterias de un animal) considera que Internet es un canal para el transporte de la información. Se trata de una visión dinámica de Internet, que presta atención sobre todo al "tráfico" de datos y al movimiento. Esta concepción aparece claramente cuando nos referimos a las "autopistas de la información", a los "flujos" de datos, a la "transferencia" de documentos, o a la "banda ancha" (que sería el análogo a un carril de circulación de gran tamaño). La información que "circula" busca su camino con la ayuda de "enrutadores". Entra y sale de las máquinas por los "puertos", y "vincula" unos sitios con otros por medio de "enlaces".
La metáfora de la red como una serie de nodos interconectados es más estática. Considera que Internet es una infraestructura física que une mediante diversas conexiones a millones de máquinas en todo el mundo. Desde luego, este es el sentido en el que nos referimos a la "web" (la "tela de araña" extendida por todo el mundo). Sobre esta infraestructura se levanta una arquitectura de funcionamiento que permece sólidamente anclada en las máquinas. Esta metáfora estructural o arquitectónica se aprecia cuando nos referimos a la "espina dorsal" de Internet (el "backbone", formado por los grandes y potentes ordenadores a los que suelen estar conectados los demás). Hablamos de "capas" en la configuración de los "protocolos" de Internet (las "layers", que nos remiten a una visión estructural más bien estática del funcionamiento de la red). Y nos referimos a las "plataformas" de acceso y al "soporte" de una determinada función.

Tercera aproximación: Internet es una biblioteca

La metáfora de la biblioteca resulta adecuada cuando nos referimos a las "páginas" que pueblan la web, a los "ficheros" y "archivos" que podemos encontrar en Internet o a las "consultas" que realizamos en línea. Se trata de una biblioteca transparente y ubicua, a la que todos podemos "acceder" y en la que todos pueden "publicar" contenidos. Algunas metáforas empleadas a menudo se refieren a Internet como "la nueva biblioteca de Alejandría", "el mayor almacén de información de la historia de la humanidad", "la más completa enciclopedia que haya existido jamás"...
Esta metáfora de Internet como biblioteca o como gigantesca base de datos hace imprescindible recurrir a los "buscadores" para orientarse entre tanta información. Se pueden también usar "filtros" para eliminar determinados contenidos que no interesan. Hay que tener en cuenta que las ingentes cantidades de información disponibles (que se miden en "bits"=trocitos, y en "bytes"=mordiscos) convierten la selección en un proceso esencial. Por eso los "usuarios" de Internet eligen los contenidos que les parecen más interesantes y los agregan a su cuenta de "favoritos" o "marcadores", que actúan como señales o registros para orientar futuras consultas en la red.

La ambivalencia de las analogías

Como hemos comprobado, el "territorio Internet" es descrito por medio de diversas metáforas estructurantes que parecen coexistir y superponerse unas a otras. Sin embargo, la convivencia de estas interpretaciones metafóricas no siempre es sencilla. En ocasiones, puede conducir a ambivalencias o a dualidades complejas, que también de este modo constituyen la realidad que están describiendo e inscriben en los términos que manejamos una tensión conceptual de gran interés.
Una primera dualidad se refiere a la naturaleza de las máquinas que usamos en informática. Éstas a veces son tratadas como una mera herramienta que simplifica el trabajo burocrático. De ahí las metáforas que pretenden establecer una analogía con una tradicional mesa de oficina ("ordenador", "escritorio", "archivos", "ficheros", "carpetas"). Pero otras veces, las metáforas son más complejas, y oscilan entre una visión mecánica de la máquina como un sistema determinista y una perspectiva biologicista que compara al ordenador con un ser vivo. Cuando hablamos, por ejemplo, de "arrancar" el aparato, o de "ejecutar" y hacer "correr" una aplicación, o cuando nos referimos al "código" de un programa, parece que lo que tenemos en mente es un modelo mecánico y normativo, en el que el aparato obedece ciega y linealmente nuestras instrucciones como lo haría una máquina de escribir cuando pulsamos una tecla. Pero otras veces hablamos de los "virus" que nos pueden "infectar", o nos referimos a la "memoria" que tiene nuestro aparato o al "lenguaje" de programación que estamos empleando. En estos casos, parece que la analogía nos remite más bien al modelo de un ser vivo. Y esta analogía se refuerza cuando empleamos programas en los que el ordenador nos "responde" e "inter-actúa" con nosotros.
Una segunda dualidad tiene que ver con las metáforas que describen Internet como una realidad estática y las que hacen más hincapié en una idea dinámica y basada en el movimiento. Como ya hemos comentado, Internet puede ser considerada como una arquitectura sólida y rígida, que da soporte a las aplicaciones existentes, o bien como una red de flujos en la que lo esencial es el movimiento de la información. Dependiendo del ámbito que queramos enfatizar, podemos emplear términos metafóricos que refuercen la primera visión o la segunda.
Una tercera dualidad sería la referida al uso individual o colectivo de Internet y de sus posibilidades. Los usos particulares de la red consistirían en "entrar", "acceder", "visitar", "bajar" archivos..., y tienen como fundamento metafórico la idea de que se puede transitar por un espacio en el que existe un catálogo de objetos interesantes a nuestra disposición, de manera muy similar a lo que sucede cuando entramos de forma individual en un supermercado. Por el contrario, los usos colectivos de la red se ponen de manifiesto cuando hablamos de los "foros", los "grupos de discusión", los "tablones de anuncios", las "comunidades" en red... Y tienen un paralelismo claro con la dinámica de los espacios públicos, como cuando conversamos con los demás en una plaza abierta a todos.
Y, por fin, existe una cuarta dualidad de gran interés, que tiene que ver con la definición de lo real y de lo virtual en todo este contexto. El mundo virtual es de las "simulaciones", los "entornos gráficos" y la "interactividad". En general, estamos aludiendo a la virtualidad cuando hablamos de lo que sucede "al otro lado de la pantalla", y muy especialmente en Internet. Y así podemos referirnos al "sexo virtual", a las "comunidades virtuales" e incluso a la "realidad virtual", que es una recreación del mundo que imita y reproduce aquello que estamos acostumbrados a ver en la realidad.
Pero, llegados a este punto, el problema fundamental estriba, precisamente, en definir qué es eso que llamamos la realidad. Porque la incorporación de Internet y de la informática en general a nuestras vidas hace que sus contenidos y sus mediaciones formen parte bien real del mundo en el que vivimos. Sin duda, uno de los efectos más interesantes de la técnica que usamos y de la que nos apropiamos consiste en obligarnos a redefinir los conceptos con los que construimos nuestra realidad. Y no cabe duda de que el modo en que nombramos a esta realidad (muchas veces de manera metafórica) influye decisivamente en nuestra percepción de la misma.

El conocimiento, ¿una ventaja limitante para el desarrollo?

El conocimiento, ¿una ventaja limitante para el desarrollo? César, y a todos los que podáis estar interesados en este tema, a propósito de los paradigmas dominantes de Ciencia, Tecnología y Sociedad, y dentro del debate que empezamos "face-to-face" en la cafetería sobre "Tecnología y Política" y que continuamos aquí "on-line", conviene que leamos el extracto de una conversación de Aram Aharonian, Periodista y director del mensual latinoamericano Question y de la agencia Alia2, con el matemático y físico-nuclear cubano en Caracas, Fidel Castro Díaz Balart, en el mes de diciembre de 2004.

¡No os lo perdáis!
Salu2 // rafa
racaor@telefoncia.net

"A partir de considerar la ciencia como una empresa científica, un estamento socioeconómico, con influencia política, a partir del transitor, del circuito impreso, del vertiginoso desarrollo de la aeronáutica y la cosmonáutica después, del descubrimiento de la genética y del ADN que dio nacimiento a la biotecnología, a la biología molecular, mostraron un cambio de paradigma."

El mito de la sociedad del conocimiento es un paradigma del Norte. Nuestras prioridades son cómo garantizar la alimentación, la salud y la educación de millones y millones de personas, amenazadas cada vez más por las grandes plagas de estos tiempos y por la exclusión social.

La progresión de los adelantos -cada 18 meses se duplican los conocimientos en el campo de la electrónica y de la integración de las circuitos- marca la necesidad de tener actualizados nuestros bancos de datos, imprescindible para poder seguir el ritmo. La alternativa está en elegir el tipo de desarrollo de nuestros conocimientos, vinculado a las necesidades de nuestras sociedades.

¿Cuál es el mito de internet? Dicen que tiene 500 millones de usuarios, menos del 10% de la información que aparece allí es libre, el 90% es corporativa. Pero los debates son sobre la gobernabilidad de internet. ¿Es importante eso para mil millones de personas que en esta época jamás hablaron por teléfono, en qué medida eso les ayuda en su vida? La sociedad del conocimiento es un paradigma del Norte y esa brecha no se resuelve con infraestructura de fibra óptica o de la telefonía móvil, que en definitiva son negocios que manejan las empresas del Norte.

La alternativa es no seguir estos paradigmas del Norte, estos cantos de sirena, sino masificar la educación superior, crear redes de información, cooperación y complementación entre nuestros países.

(interesante alternativa al paradigma dominante y al problema de los "expertos": Se acabaron los expertos, ahora lo somos todos!!! "Comunidad global de expertos cooperativos" "Otro mundo es posible" bla, bla bla...)

Igualmente tenemos que aprovechar las nuevas tecnologías para hacer más eficiente nuestra educación. El uso de videos, CD, internet, etc. para llevar a nuestras gentes los sistemas pedagógicos, tal como se viene realizando en algunos de nuestros países de América Latina y del África es un buen ejemplo de cual es la forma. El uso de canales de TV educativos, dónde se transmite el arte, la cultura. Una masificación de la educación a todos los niveles es parte de lo necesario. [ leer + ]

Cambio Tecnológico y Participación Social

"De todas las ilusiones, la más peligrosa consiste en pensar que no existe más que una realidad"

Paul Watzlawick

César, con relación a tu artículo anterior, hace tiempo los colegas de fiap hicimos esta reflexión, que transcribo literalmente, y que desarrollamos en 5 artículos en el [N1] que bajo ese mismo título publicamos en nuestra revista digital desenreda!:

"Vivimos en un mundo totalmente condicionado por la evolución tecnológica y sería inimaginable concebir nuestro actual nivel de vida sin los recursos que nos proporciona.

Sin embargo, la rapidez y la complejidad de sus aplicaciones trastocan radicalmente nuestro entorno social o laboral y remueven multitud de valores profundamente arraigados. Todo eso causa una creciente preocupación social que reclama una actitud más activa y beligerante por parte de las organizaciones progresistas.

El uso indiscriminado de la capacidad tecnológica está permitiendo una sobreexplotación abusiva de los recursos naturales, lo que es origen de un grave deterioro ecológico. Muchos de los avances científicos tienden más a profundizar en la dualidad entre países ricos y pobres que a acabar con las desigualdades entre los pueblos. Y, mientras, el ciudadano supertecnologizado, que parece haber renunciado a la acción colectiva en el mundo real, se refugia en la realidad virtual en un alarde de automarginación: se trata de una curiosa modalidad del denominado ciber-underground .

Todo ello constituye un muestrario de síntomas de profundas mutaciones sociales que es necesario abordar desde la lógica del diseño y no desde la simple consideración de los impactos sociales de los cambios tecnológicos. Éstos ni son un fenómeno autónomo que responden a su propia lógica, ni son siempre necesarios e inevitables."


¿Cómo lo ves? ¡¡ Cuánto tenemos que hablar !!

Salu2 // rafa

Sobre expertos y límites

César

A veces es bien cierto eso de que donde más se aprende es la cafetería... O por lo menos es la impresión que me quedó después de pasar un par de horas charlando de casi todo, entre amigos, después de la divertida clase con Javier. Me decido a escribir estas reflexiones, para que quede constancia de algo de lo que allí se pensó, y también para que puedan participar del asunto los que no estaban con nosotros.

Entre los diversos temas que estuvimos tocando, me interesan particularmente tres asuntos. En primer lugar, el papel crucial de los expertos en nuestra sociedad como gestores de la tecnología (y la importancia creciente de las instituciones asociadas a ellos). En segundo lugar, la reflexión sobre los límites de la tecnología y su carácter político. Y, en tercer lugar (pero probablemente como punto más importante) el modo en que la tecnología es reconfigurada por sus usuarios, que lejos de ser receptores pasivos de la misma, lo que hacen es apropiarse de sus posibilidades y modelarla de acuerdo con sus propios intereses. Y, por último, dado el carácter de nuestro curso de doctorado, pienso que es importante establecer alguna conexión entre estas reflexiones y el mundo digital. A ver lo que me sale.

Iván Illich y la tecnología

Para empezar, me parecen especialmente interesantes en relación con estos asuntos las reflexiones de Iván Illich (que tienen más de treinta años, en algunos casos).Las podéis encontrar en la página web www.ivanillich.org/Principal.htm Aquí se recogen algunos de los escritos en los que Illich piensa sobre los límites de la tecnología, y también sobre el carácter político de la misma. La pregunta esencial es ¿qué tipo de tecnología permite la participación democrática de las personas en sus propias vidas? A mí me parece especialmente interesante el texto sobre "Energía y equidad", del cual estuvimos hablando un poco el viernes. A ver qué os parece. En estos textos se realiza una demoledora crítica de las instituciones que gestionan el poder tecno-científico y que regulan nuestras vidas. En otro de sus libros "La convivencialidad", Illich plantea una alternativa a este modelo, defendiendo la utilización de tecnologías "convivenciales" . Cito textualmente: "Bajo convivencialidad entiendo lo inverso a la productividad industrial (...) La convivencialidad es la libertad individual, realizada dentro del proceso de producción, en el seno de una sociedad equipada con herramientas eficaces". Y unas páginas más allá: "La herramienta es convivencial en la medida en que cada uno puede utilizarla sin dificultad, tan frecuente o raramente como él lo desee, para los fines que él mismo determine. El uso que cada cual haga de ella no invade la libertad del otro para hacer lo mismo. Nadie necesita de un diploma para tener el derecho de usarla a voluntad; se lo puede tomar o no. Entre el hombre y el mundo ella es un conductor de sentido, un traductor de intencionalidad".

Internet, ¿una tecnología convivencial?

Está claro que tecnologías como la de las centrales nucleares que nos proporcionan electricidad, la de los aviones a reacción que nos llevan a América o la de los automóviles de los cuales dependemos para movernos de casa al trabajo, son todo lo contrario a la convivencialidad. El usuario no puede elegir, en general, prescindir de estas herramientas, porque la propia arquitectura de nuestra sociedad (el código, como diría Lessig)hace necesario el uso de ciertas tecnologías. Además, estas herramientas son opacas. No sabemos cómo funcionan y necesitamos de expertos titulados dotados de un poder especial para repararlas (y a veces incluso para utilizarlas). ¿Qué es lo que queda en manos del usuario, salvo apretar los botones de una caja negra de la cual es impensable prescindir?

Otras tecnologías, en cambio, sí que son convivenciales. Illich pone como ejemplos el teléfono, las bibliotecas o los sistemas de comunicaciones propios de sociedades tradicionales. Yo sostengo que Internet es, en todos los sentidos, una herramienta convivencial. Y mi preocupación es que los cambios que se están realizando sobre su arquitectura (para adaptar Internet al comercio y para hacer su espacio más controlable bajo diferentes pretextos) conviertan lo que nació siendo un espacio de libertad convivencial en una red centralizada y gestionada por expertos.

¿Tienen política los artefactos?

Lo cierto es que debo confesar que no tengo una formación rigurosa en sociología de la técnica, y que si estoy lanzando algunas referencias es, más que nada, porque me he tropezado con estos textos, y me han resultado muy estimulantes. Uno de los autores que he encontrado de esta manera, y que os recomiendo, es Langdon Winner. Tiene un libro publicado en Gedisa, "La ballena y el reactor", del cual he encontrado una reseña en Internet, en http://www.scottlondon.com/reviews/winner.html
De este libro podéis leer en Internet (en inglés) el interesante artículo "¿Tienen política los artefactos?", que está en http://www.courses.psu.edu/phil/phil403_pam208/winner/ Este artículo aparece citado en la bibliografía del artículo sobre la identidad en las comunidades virtuales que escribió Adolfo Estalella, y que nos recomendó leer Rubén. A ver lo que os parece. También podéis consultar la página web personal de Winner, que es http://www.rpi.edu/~winner/, y en la que se incluye su propia blog.

¿Expertos? ¡No, gracias!

Tengo una manía personal a los expertos que raya en lo patológico. Me preocupa el papel creciente de los expertos, en los que delegamos cada vez más tareas, y la importancia decisiva de las instituciones de regulación dentro de las que se organiza su poder de decisión. Los ciudadanos de a pie, en definitiva, hemos abdicado de nuestro poder de decisión en demasiados ámbitos, en los que antes podíamos decidir por nosotros mismos. Cuando alguien entra en un hospital para que le curen, deja de ser una persona libre capaz de elegir, y se convierte en un paciente, sujeto a las órdenes y prescripciones del médico que toma las decisiones por él, ya que para eso es un experto que ha estudiado x años tiene x títulos. El problema con esta parcelación de la sociedad en regímenes institucionales "carcelarios" es que se delega en los expertos la libertad de decisión del individuo (recordemos a Foucault). Y lo que a mí más me interesa es cómo esta articulación que es radicalmente política, se recubre de un discurso ideológico legitimador basado en el saber de la Verdad Más Verdadera (nuestra amiga la ciencia y su escudero tecnológico). Esto sí que me gusta para hacer una tesis. Acepto sugerencias.